lunes, 16 de junio de 2014

Tomando las riendas

Por fin me siento delante del ordenador con un buen rato libre para retomar el blog. Quería aprovechar esta ocasión para hablar de la etapa que estoy dejando atrás y de la nueva que voy a comenzar.

El día 30 de junio es mi último día en Noraktrad. He estado en la agencia durante un año y tres meses y la verdad es que ha sido más que suficiente para darme cuenta de que ya es hora de tomar las riendas de mi carrera y ponerme por mi cuenta. Sin duda, este año he aprendido bastante, aunque me habría gustado no tener que aprender ciertas cosas. Me he dado cuenta de que en España, aún hay una estructura muy piramidal en las empresas, sobre todo aquellas que están dirigidas por esa generación de gente que se hizo adulto en los últimos años del Franquismo o en los primeros años de la Transición, gente que hablaba de libertades, pero se había acostumbrado a ver a sus padres subyugados a una determinada clase dirigente, jóvenes que construían nuevos negocios para convertirse en dueños de sus propios destinos, pero que han acabado por convertirse en una sociedad media que pretende vivir por encima de sus posibilidades y ha decidido aplicar las estructuras sociales que aprendieron de pequeños en la sociedad democrática que en teoría tenemos ahora. Por suerte, o por desgracia, la crisis acabará impulsando a las nuevas generaciones a que luchen contra las desigualdades y algún día la estructura empresarial de España se igualará a la del resto de Europa.



Tras esta pequeña reflexión, quiero tan solo deciros que me he cansado de que el negocio de la traducción lo lleve gente que desconoce el negocio, que no valora a los traductores, los malpaga y encima les hace esperar varios meses para disfrutar del fruto de su trabajo, no quiero que se me vincule con nada por el estilo, ya que yo adoro mi profesión y ante todo soy traductora. En Noraktrad, he conocido a muy buenos profesionales, pero, por desgracia, también he visto lo poco que se valora el trabajo de estos y la facilidad que se tiene para dejar de cooperar y trabajar con gente buena basándose en el desconocimiento. Durante mucho tiempo, en mi blog hablé de nuestra profesión, de las pruebas de traducción, de la idea que tienen muchas  personas de que cualquiera es capaz de traducir, ahora me he dado cuenta también que los gestores de proyecto tienen mucho trabajo y muy pocas posibilidades de hacerlo bien si trabajan para gente que no valora lo que hacen ni a la gente que gestionan. Así que me he propuesto volver a traducir, relacionarme con todos los traductores que pueda, hacer networking e invertir tiempo en tratar bien a los gestores y en tratar bien a los traductores como gestora, me he propuesto volver a disfrutar a partir del 1 de julio de la profesión. ¡Deseadme suerte!




¡Dentro de poco leeréis mi blog desde mi página profesional!

miércoles, 16 de abril de 2014

El cliente: ese extraño amigo

Como ya os he contado en varias ocasiones, mi experiencia profesional ha pasado por dos fases claras y diferenciadas: una como traductora dentro de una empresa de videojuegos y la que estoy viviendo actualmente como directora de operaciones en una agencia de traducción. De forma paralela, nunca he parado de traducir como autónoma para diversos clientes, la mayoría de ellos, clientes directos.

Lo que he observado desde estos tres puntos de vista (traductora interna, traductora externa y agencia de traducción) es que hay formas muy diversas de considerar al cliente.
Cuando trabajaba en Bigpoint, los clientes eran los distintos departamentos de la empresa (cada departamento correspondía a un videojuego) y teníamos a distintos traductores como coordinadores de productos, los cuales se encargaban de reunirse con los departamentos correspondientes y aclarar todas las dudas que surgían a lo largo del proyecto. Los departamentos agradecían el interés y el resultado era que dentro del departamento de Localización tenían a un experto en su juego y, por tanto, a una persona de confianza que les garantizaba una buena calidad en su producto.



En la agencia de traducción, al cliente, sin embargo, se le considera como una especie de ente o dios que está en un planeta inalcanzable y que habla un idioma extraterrestre incomprensible para los oídos humanos y el cual considera al humano, gestor de proyectos o traductor como un ser inferior que tiene prohibido cualquier contacto o interacción con el mismo porque la mera presencia del humano, gestor o traductor le causa un dolor y una molestia insufribles. De tal forma que preguntar es sinónimo de importunar y se puede llegar a sacrificar la calidad del texto por temor a su ira. En definitiva, que se teme perder al cliente si se le molesta demasiado con preguntas, ya que consideran que el cliente pone en manos de la agencia el trabajo con el fin de quitarse la gestión y cualquier engorro o inconveniente.

Es decir, como se puede ver: son dos puntos de vista tremendamente opuestos. Mi opinión y la que aplico como traductora externa es que el cliente no es el dios del Antiguo Testamento temible e implacable, sino una persona como cualquiera de nosotros que quiere que se le dé un servicio adecuado, de calidad y rápido y que, aunque no siempre tenga tiempo para responder a tus dudas, aprecia que muestres preocupación por su producto y por conseguir el resultado que él espera. Esto, por tanto, no se consigue poniendo tierra de por medio sino siendo cordial, haciéndole las preguntas oportunas (tampoco bombardearle a dudas a todas horas) y ganándote su confianza. Si el cliente confía en ti, apreciará tu criterio, te valorará y tendrá más dudas si alguien le plantea cambiar de proveedor. Asimismo, la importancia de los errores que puedas cometer se minimizará porque te verá como un igual o al menos alguien que se ha esforzado por conocer sus gustos o lo que espera obtener y será más sencillo conseguir de él ayuda, referencias e incluso que él mismo te recomiende a otros clientes.



Mi consejo en esta área es que no dudes en dirigirte al cliente antes de comenzar a trabajar en un proyecto para plantearle tus dudas o para pedirle que te ponga en contacto con alguien que pueda resolverlas. Infórmate de si cuenta con glosarios, guías de estilo o documentos de referencia y trabaja con todos los recursos con los que puedas contar desde el principio. Recuerda que el cliente no tiene por qué saber nada de traducción y es probable que sea incapaz de anticipar lo que vas a necesitar para realizar su proyecto. Por ello, hablar con él justo antes de empezar y solicitarle el material necesario puede ser vital para que tu traducción cumpla con sus expectativas. Por supuesto, cuenta con que, a menudo, no van a tener estos materiales preparados y te va a tocar documentarte y resolver muchas de las dudas por tu cuenta, pero, como yo digo siempre, preguntar es gratis y el no ya lo tienes.

lunes, 17 de marzo de 2014

FUN FOR ALL 2014

Acabo de regresar de Barcelona y, al margen de estar agotada, estoy contentísima de haber asistido al Fun For All 2014. No solo me han fascinado muchos de los temas que se han tratado durante la conferencia, sino que, además, como ocurre siempre en este tipo de acontecimientos, he conocido a gente fascinante y me ha servido para revivir la emoción y los desafíos que supone trabajar en un sector como es la traducción y más concretamente, en la localización de videojuegos. De hecho, me ha dado penilla tener tan solo en estos momentos un contacto indirecto con la profesión gracias a las clases que voy a impartir en el Máster de TraducciónAudiovisual de la UAB en vez del contacto activo y directo que tenía antes cuando dedicaba un 100% de mi jornada laboral a traducir videojuegos o documentación relacionada con los mismos.



En el congreso, me ha impresionado la cantidad de caminos y puertas que se le pueden abrir a un traductor de videojuegos: desde la investigación, los juegos serios, la accesibilidad o el concepto de culturización que expuso Kate, charla a la que, por desgracia, tan solo asistí durante la última media hora porque el día anterior la cena de la conferencia se alargó un poco más de la cuenta. También me encantó la conferencia de Víctor y el lema de “Do not fight, play the game”, ya que me parece que tiene mucha razón cuando afirma que los traductores debemos adaptarnos a los cambios del mercado y a las nuevas tecnologías en vez de asustarnos o temer por nuestro trabajo. Asimismo, quiero destacar la charla de Diego Parra sobre la subtitulación en los videojuegos, ya que me pareció muy interesante y muy útil. Si os soy sincera, salvo igual del controvertido tema de Una y su empresa que emplea a traductores no profesionales para ahorrarse pagar a los que lo somos, disfruté mucho de toda la conferencia.

Me gustaría aprovechar la oportunidad para dar las gracias a Carme Mangiron y a Pilar Orero por organizar cada dos años este acontecimiento. Sin duda es una gran ocasión para que nos conozcamos los del gremio y nos pongamos al día en los temas de actualidad y en las oportunidades que existen en el mundo para nuestra profesión.

Para rematar, conocí a varios de mis futuros alumnos en la asignatura de Traducción de videojuegos del METAV y ya tengo ganas de conocer al resto.

En definitiva, ¡nos vemos dentro de dos años!




sábado, 22 de febrero de 2014

Videojuegos en línea: una nueva unidad del módulo de videojuegos del METAV

Supongo que muchos de vosotros ya lo habréis leído en el blog de Pablo, pero por si alguno aún no se ha enterado, el día 3 de marzo comienza el módulo de localización de videojuegos del Máster Europeo de Traducción audiovisual de la Universidad Autónoma de Barcelona, en el que este año hago mis primeros pinitos como profesora de una de sus unidades, la de videojuegos en línea. Tendré el placer de acompañar a Carme Mangiron y a Pablo Muñoz en lo que para mí es una auténtica aventura y de enseñar uno de mis temas favoritos en el mundo de la traducción. Al igual que Pablo, quiero dar las gracias a Carme por brindarme esta oportunidad y quiero aprovechar la ocasión para guiñar un ojo a mis futuros alumnos, que tendrán que tener un poco de paciencia conmigo, ya que va a ser mi primera vez ;)


La unidad de videojuegos en línea tratará, entre otros temas, de los distintos tipos y géneros de videojuegos en línea que existen, de su historia y de cómo los traductores debemos o podemos enfrentarnos a ellos. Creo que es un tema poco abordado hasta el momento a pesar de que hay bastante que decir sobre él, así que espero que a los alumnos les resulte tan interesante como a mí.




En definitiva: ¡todos a estudiar!

jueves, 16 de enero de 2014

Especializaciones

A lo largo de los años en los que llevo ejerciendo como traductora, un debate se ha repetido constantemente: ¿qué es mejor un traductor especializado o un experto que traduce?

Cuando me preguntaban a mí directamente esta pregunta, yo siempre respondía lo mismo: un traductor especializado, ya que los traductores aprendemos técnicas en la carrera que no vienen implícitas en el mero hecho de saber un idioma. Sin embargo, ahora que trabajo en una agencia de traducción cuyo mayor volumen de negocio reside en las traducciones de textos muy técnicos, me he encontrado con una base de datos compuesta, en su mayor parte, por ingenieros, químicos, biólogos y físicos en lugar de traductores. Sinceramente, al principio me llamó mucho la atención, ya que siempre he pensado que la principal fuente de trabajo para los traductores eran las agencias de traducción y si las propias agencias no emplean a traductores, tendríamos un problema grave, pero con el tiempo he entendido el propósito de la misma. Por desgracia, nos guste o no, un cliente de una empresa de ingeniería o de un laboratorio se siente mucho más tranquilo a la hora de ceder sus textos a alguien de su gremio que a alguien que dice conocer su terminología. En el fondo, les pasa como a nosotros, los traductores, que confiamos más en otro traductor que en un experto en una materia que dice saber traducir. Por algún motivo psicológico el hecho de entender lo que la otra persona ha estudiado y sentirnos como iguales nos hace tener más confianza en esa persona. Por ello, no es de extrañar que las agencias que trabajan con textos muy especializados quieran que sus clientes depositen en ellas ese tipo de confianza y, por ello, prefieren contratar a expertos y presentarlos así a sus clientes que contratar a traductores por mucha especialización que tengan.



Sin duda, esto nos sirve para reflexionar a los traductores sobre cómo plantear nuestro trabajo con el fin de que nuestra carrera resulte atractiva y para que el cliente vea una ventaja en contratar a una persona que realmente sabe traducir frente a una persona que lo que sabe es el idioma. Una de las opciones es tener una segunda carrera y especializarte en traducir los textos vinculados con la materia de la misma o realizar cursos de materias concretas que, igual, estén más orientados en convertirte en experto en el área que en traducir textos de esa área. Por otro lado, siempre hay especializaciones que no requieren saber de física, de química o de ingeniería como la literatura, la traducción audiovisual, la localización, etc. y que están muy vinculadas a la carrera del traductor e incluso se pueden estudiar durante la carrera y, por tanto, van a implicar que los clientes busquen a sus expertos entre los traductores.  


De cualquier forma y a modo de conclusión sobre esta reflexión, creo que para bien o para mal, para tener éxito como traductor, hay que especializarse en algún campo concreto e ir evolucionando en ese campo. Tus clientes lo valorarán y aunque no recibas trabajos muy diversos, tendrás la garantía de que los trabajos que realices serán de la más alta calidad.

viernes, 3 de enero de 2014

Las órdenes de compra

Hoy quería hablaros de las famosas órdenes de compra (purchase order, en inglés). La razón por la que me he decantado por tratar este tema es que, a lo largo de este año, he observado que una gran parte de los errores detectados en las traducciones que se reciben en la agencia en la que trabajo y un buen número de malentendidos entre las gestoras y los traductores provienen de no haber leído la orden de compra o de, al menos, no haberla entendido debido a una mala redacción y no haber preguntado.  

La orden de compra funciona como un contrato. En ella, se describen las condiciones del servicio que vas a prestar (tu tarifa, tu plazo) y las instrucciones para llevar a cabo el servicio. Aceptar una orden de compra sin haberla entendido o leído equivale a firmar un contrato sin haber leído tus condiciones. En el momento en el que aceptas la orden de compra, te estás vinculando a ella de la misma forma en la que te vincularías a un contrato laboral. Probablemente, puedas pensar que se trata de una mera formalidad y que en ella tan solo se repiten los datos de un trabajo que ya te han mencionado antes por correo electrónico o por teléfono, pero no es así. En ella, puede que aparezcan especificaciones que no se te hayan mencionado antes y cuya no contemplación suponga que la traducción no se dé por válida.

Asimismo, la orden de compra suele contener datos relevantes en los que debes fijarte: si la tarifa se establece en origen o destino (muy importante si traduces a un idioma romance, ya que suelen ser más extensos que las lenguas germánicas, por ejemplo), el plazo establecido (fecha y hora), si hay entregas parciales, si debes seguir un determinado glosario, si debes entregar los archivos bilingües o limpios, si debes usar una determinada herramienta de traducción asistida, si debes evitar usar ciertas palabras, etc. Por tanto, si no lees estas instrucciones y entregas tu traducción sin tenerlas en cuenta, lo más probable es que el gestor te devuelva la traducción por muy seguro que estés de tu calidad, ya que habrás incumplido los términos del “contrato”. De hecho, debido a este incumplimiento, podrías pasarte semanas haciendo una traducción y que la empresa se negara a pagarte, ya que no has cumplido con lo pactado.

Por ello, aunque esto parezca muy obvio, dado que, en mi experiencia, no lo es tanto, te recomiendo que dediques unos minutos a leerte en profundidad la orden de compra o las instrucciones que te envíe el gestor de proyectos y que no aceptes ciegamente lo que te pongan, sino que preguntes todas las dudas que te surjan antes de aceptar. Además, guarda esta orden de compra o el correo con las instrucciones, ya que puedes estar vinculado a un proyecto durante muchos años. Es decir, te pueden pedir cuentas tras un par de años sobre un proyecto que hiciste en el pasado si contenía datos sensibles y te vendrá bien saber qué te pidieron y hasta qué punto es tu responsabilidad lo que haya pasado con ese proyecto. Para rematar,  confirma siempre la orden de compra por escrito (evita el teléfono), independientemente de la confianza que tengas con los gestores de proyectos. La empresa necesita tener una garantía de que comprendes y aceptas las condiciones y, si no lo haces, puede que reasignen la traducción a otra persona y que tú, mientras, trabajes paralelamente a cambio de nada. Esa garantía es buena para ti y para la agencia porque os vincula de una forma legal y hace que ambas partes estéis seguras de que el trabajo se va a hacer bien y de que se va a remunerar conforme a las condiciones establecidas.

Por supuesto, terminarás trabajando con mucha frecuencia para las mismas agencias y aprenderás su forma de proceder e incluso sabrás de antemano lo que te están pidiendo sin tener que ver a priori la orden de compra, pero nunca des nada por hecho. Hay agencias que no usan el método de las órdenes de compra para establecer un proyecto entre la agencia y el traductor y no tiene nada de malo, pero exige siempre una confirmación por escrito de tus condiciones y de las instrucciones que debes tener en cuenta.


Dicho esto, espero que os sea útil de alguna forma. Os deseo un buen fin de semana y que os traigan muchas cosas los Reyes Magos :)


jueves, 19 de diciembre de 2013

De vuelta :)

Hola a todos:

Ya llevaba más de un año sin escribir en el blog y sinceramente, es imperdonable, pero es que mi vida ha cambiado en muchos aspectos desde la última vez que escribí, que era cuando me mudaba de Hamburgo. 

De hecho, como algunos ya sabéis, me he pasado al lado oscuro y ahora trabajo en una agencia de traducción en Madrid. Trabajar en una agencia me ha enseñado a entender lo que ocurre entre bastidores. 

Hasta ahora, mi punto de vista se basaba en mi experiencia en el departamento de Localización en una empresa de videojuegos, en mis traducciones juradas y para revistas y en lo que aprendí en la carrera. Es decir, casi siempre había estado en la posición del traductor, al que explotan, el que no duerme, al que malpagan, el que tiene que echarle imaginación a la vida y lidiar con gestores que parecen no tener ni un ápice de humanidad. Ahora, me he convertido en Darth Vader y soy yo la que exploto, no dejo dormir, malpago y a la que la importa un bledo luchar con su propio hijo… salvo que nada es blanco ni negro y, a partir de ahora, voy a intentar plantear diversos temas de cara al trabajo con una agencia del traductor: lo que esperamos, lo que hacemos y, a poder ser, por qué lo hacemos. 

También voy a intentar que se entienda el trabajo de un gestor de proyectos, pero, como sigo teniendo alma de traductora, el traductor seguirá siendo el protagonista.


De momento, os deseo a todos feliz Navidad y próspero año 2014. ¡En enero, charlamos!