viernes, 19 de julio de 2019

Hasta siempre y ¡bienvenidas!


Me ha costado un poco ponerme a escribir estas líneas porque se trata de decir adiós y aunque Sabina diga que «este adiós no maquilla un hasta luego», yo espero que nuestro adiós sí que lo haga.
De uno de los cumples de nuestra yogurina

Nuestra compañera Sara ha dejado TransCreat y aunque, personalmente, me da mucha pena creo que es una gran oportunidad para ella, ya que se va para dar un paso muy diferente en su carrera profesional y, en la vida, siempre hay que intentar avanzar y, si no se avanza, al menos probar todas las vías para conseguir lo que uno quiere.

Escribo estas líneas para desearle toda la suerte en el mundo en su nueva andadura. Sara es y siempre ha sido una chica muy responsable, una gran traductora y una estupenda profesional. Reúne las cualidades de un buen traductor que son constancia, versatilidad y rapidez de reacción. Esto parece una carta de recomendación, pero en realidad es una forma de decirle que la apreciamos y que la echaremos mucho de menos.

No obstante, también quiero aprovechar estas líneas para dar la bienvenida a nuestras dos nuevas compañeras: Marta y Vero, que son también supertraductoras y están empezando con nosotros, pero que se están integrando perfectamente y que, si quieren, están invitadas a participar en este blog.

Seguimos al pie del cañón y a ver si poco a poco, os hago un poco más de caso y me pongo a escribir sobre temas que tengo ya en mente (muchos de los cuales me los sugirió Sara) para no dejar morir este blog al que, aunque yo me vaya haciendo mayor y tenga mil cosas entre manos, sigo teniendo mucho cariño.




miércoles, 6 de marzo de 2019

DENTRO O FUERA: HE AQUÍ LA CUESTIÓN


Mi compañera Sara me ha animado a escribir sobre la diferencia que hay entre trabajar dentro de una empresa desarrolladora de videojuegos como localizadora y hacerlo como autónoma dada mi experiencia en ambos ámbitos. Se trata de un tema interesante sobre todo para aquellos que quieren entrar en la industria de los videojuegos como traductores, pero no saben muy bien cómo hacerlo.
Actualmente, aunque siguen existiendo pequeñas empresas desarrolladoras de juegos que cuentan con su propio equipo de localización, lo más habitual en el sector es que las desarrolladoras trabajen con agencias de traducción, que a su vez deriven el trabajo a traductores autónomos. Por tanto, a priori sería más sencillo encontrar trabajo como autónomo que hacerlo como empleado en plantilla. Si queréis que os dé mi opinión personal sobre esto es que la falta de intermediarios a menudo es sinónimo de mayor calidad. Las empresas externalizan el trabajo por una cuestión de costes, mantener un equipo interno puede resultar caro: cuotas de la seguridad social, equipo de trabajo, trabajar con ciertos horarios establecidos, hacer entrevistas, mantener unas condiciones laborales mínimas y, en caso de mucho volumen de trabajo, incluso contar con varios profesionales para cada idioma. Mediante la externalización, se acabaron, en principio, estas preocupaciones, ya que se las delegan a una agencia de traducción que tiene que garantizar un cumplimiento de plazos y un mínimo de calidad. No obstante, en el sector de los videojuegos hay mucha competencia y las empresas desarrolladoras son muy precavidas a la hora de dar información sobre los juegos que están desarrollando.

A pesar de que la agencia firma acuerdos de confidencialidad con la empresa y, a su vez, con los traductores, a menudo las empresas recelan a la hora de aportarles materiales de referencia, lo que implica que, habitualmente, el traductor trabaja a ciegas. Además, hay gestores de proyectos que nunca han trabajado como traductores y no saben qué material pedir a las empresas o simplemente deciden que al cliente nunca hay que molestarle. El traductor autónomo se ve con la inmensa tarea de traducir un juego que no puede ver basado en cadenas de texto (strings) que, a menudo, carecen de un identificador relevante que le ayude con su trabajo. Por tanto, el riesgo de que la calidad del juego sufra por falta de contexto es muy alto. Por supuesto, hay agencias que hacen muy bien su trabajo, que luchan por facilitar documentación al traductor, pero no siempre depende de ellas.
La ventaja de trabajar internamente en una empresa es que el traductor cuenta con todo el material necesario, ya que es parte de la empresa, puede sentarse con diseñadores, programadores y artistas e incluso aconsejarles cómo estructurar y organizar el juego de tal forma que su internacionalización sea satisfactoria. Ni que decir tiene que cuando una empresa cuenta con un equipo de localización interno adquiere más conciencia de lo que significa localizar el juego y empatiza más con el traductor. Las agencias para los diseñadores, programadores y artistas son un ente externo con el que no se suelen involucrar directamente.

No obstante, como autónomo tendrás la gran ventaja de que podrás recibir todo tipo de juegos, no solo los de una empresa concreta y eso te aportará un bagaje muy amplio a la hora de enfrentarte a estos textos. Asimismo, la falta de contexto, te hace desarrollar una mente muy creativa para tomar decisiones basadas en tu sentido común y en tu conocimiento sobre los videojuegos. Como autónomo, requieres un autoaprendizaje más profundo y mantenerte siempre al tanto de cómo evoluciona el sector.

Espero que estas ideas os resulten útiles a la hora de tomar una decisión. Dentro o fuera: he aquí la cuestión.

lunes, 25 de febrero de 2019

La traducción y la maternidad


Mi última publicación fue a principios de julio de 2017 y el 24 de ese mismo mes fui mamá y, entonces, mi mundo se puso patas arriba (para bien), pero el tiempo empezó a escasear y, por tanto, tuve que dejar el blog de lado. Ahora con una nena de 19 meses, he decidido que es hora de retomarlo (mientras su papá le está dando de comer y le oigo decir «mamá, mamá» a modo de excusa para no abrir la boca). Me costó un poco, pero aprendí a gestionar mejor mi tiempo ahora que mis prioridades han cambiado por completo. Ser autónoma tiene muchas ventajas a la hora de ser mamá, aunque también unos cuantos inconvenientes y me he dado cuenta de que este país no está hecho para ser padres desde el punto de vista laboral porque no te lo ponen nada fácil.

Para empezar, la baja por maternidad es demasiado corta: un bebé con cuatro meses no está preparado para no estar con su mamá, sobre todo si es lactante como ocurría con Sara, así que te ves obligada a buscar alternativas: pedir una excedencia (perdón, que somos autónomos y eso no existe) o a hacer malabares para combinar tu trabajo como mamá con tu trabajo como traductora. Puedo decir que yo tengo la suerte de contar con un gran equipo que me pusieron las cosas muy fáciles. No quiero ni imaginarme como es ser autónoma trabajando sola y, después de tu baja, pasar por un proceso de «recuperar clientes» porque, seamos realistas, los clientes no se casan contigo y aunque hay algunos que te esperan porque confían lo suficiente en ti, habrá muchos otros que decidan trabajar con alguien que esté todo el tiempo disponible. Para seguir, si eres socia de una empresa, tendrás que seguir pagando tu seguridad social durante el tiempo en el que estás de baja porque no podrás darte de baja como autónoma y las ayudas de maternidad como la reducción de la cuota de autónomos al dar a luz no serán aplicables puesto que la Seguridad Social/Hacienda entienden que tu empresa ha seguido funcionando, hayas o no recibido tú dinero. En una empresa pequeña, el hecho de que falte uno de sus miembros afecta mucho al flujo de trabajo y es muy complicado que se pueda mantener un sueldo sin que esa persona esté trabajando, así que al final, tener una empresa no se diferencia mucho del hecho de ser autónomo por tu cuenta en este sentido.

Si trabajas para otros, tienes la opción de reducirte la jornada hasta que el niño cumpla los 12 años, si no me equivoco, y eso te protege desde el punto de vista laboral. Si eres autónomo, reducirte la jornada solo va en detrimento tuyo, la protección es la misma y lo único que ocurre es que cobras menos o que no puedes dar servicio a algunos clientes.

No obstante, ser autónomo es compatible, por supuesto, con ser mamá, pero para ello tienes que armarte de paciencia y hacer encaje de bolillos con los horarios. Muchos dirán que tenemos la ventaja de poder trabajar en nuestra casa y, desde luego, es una ventaja, pero seamos realistas, con un bebé en casa, es prácticamente imposible trabajar si no tienes ayuda.
De cualquier forma, aunque parezca que todo lo pinto muy negro, creo que la clave y el consejo que quiero daros a los que os interese esta publicación es que colaboréis con otros traductores. No es necesario tener una empresa, pero sí colegas en el gremio con los que puedas colaborar en el tiempo en el que no estás trabajando. Puedes ofrecer a tus clientes que trabajen durante ese tiempo con otro colega en el que confíes y que sepas que será legal cuando vuelvas. De esta forma, ambos os beneficiaréis, ellos recibirán más trabajo mientras tú no estés y tú no perderás a tus clientes. Creo que es una opción muy factible porque el hecho de que seamos autónomos solo implica que no trabajamos para otros, pero sí podemos trabajar con otros.  Organízate, no estás sola y, como tú, muchas otras traductoras pasarán por lo mismo. ¡La clave está en saber pedir ayuda!