Hola a todos:
Ya llevaba más de un año sin escribir en el blog y
sinceramente, es imperdonable, pero es que mi vida ha cambiado en muchos
aspectos desde la última vez que escribí, que era cuando me mudaba de Hamburgo.
De hecho, como algunos ya sabéis, me he pasado al lado oscuro y ahora trabajo
en una agencia de traducción en Madrid. Trabajar en una agencia me ha enseñado
a entender lo que ocurre entre bastidores.
Hasta ahora, mi punto de vista se
basaba en mi experiencia en el departamento de Localización en una empresa de
videojuegos, en mis traducciones juradas y para revistas y en lo que aprendí en
la carrera. Es decir, casi siempre había estado en la posición del traductor,
al que explotan, el que no duerme, al que malpagan, el que tiene que echarle
imaginación a la vida y lidiar con gestores que parecen no tener ni un ápice de
humanidad. Ahora, me he convertido en Darth Vader y soy yo la que exploto, no dejo
dormir, malpago y a la que la importa un bledo luchar con su propio hijo… salvo
que nada es blanco ni negro y, a partir de ahora, voy a intentar plantear
diversos temas de cara al trabajo con una agencia del traductor: lo que
esperamos, lo que hacemos y, a poder ser, por qué lo hacemos.
También voy a
intentar que se entienda el trabajo de un gestor de proyectos, pero, como sigo
teniendo alma de traductora, el traductor seguirá siendo el protagonista.
De momento, os deseo a todos feliz Navidad y próspero año
2014. ¡En enero, charlamos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario