viernes, 18 de enero de 2013

Auf Wiedersehen, Hamburg, meine Perle!

¡Feliz Año Nuevo a todos!

Esta es mi primera entrada del año y la verdad es que va a tener poco o nada que ver con la traducción a pesar del tema de mi blog.

Esta entrada está dedicada a toda la gente que ha hecho que mi tiempo en Hamburgo fuera muy preciado, a aquellos que me ayudaron a instalarme y a vivir en una ciudad nueva en otro país, a aquellos que pasaron por mi vida y dejaron una parte de ellos en ella, a aquellos que me ayudaron a trabajar en un contexto internacional, a entender mejor mi profesión y a aprender a ser una mejor traductora, a todos aquellos que han estado a mi lado a lo largo del tiempo, que han compartido mis quejas contra algunas costumbres alemanas y que me han enseñado a entenderlas e incluso a convertirlas en mis propias costumbres o manías. Esta entrada la escribo para dar las gracias a la gente que ha hecho que mis cinco años en Hamburgo fueran de los mejores de mi vida hasta el momento y el motivo de esta entrada no es otro que mi despedida de Hamburgo y de Alemania. 

Tras un par de meses haciendo mis pinitos como autónoma, me he dado cuenta de que sigo queriendo formar parte de una empresa, quiero volver a intentar luchar desde dentro para que nuestra profesión sea valorada y he encontrado un trabajo que creo que me dará la oportunidad de ser feliz y de hacer lo que quiero hacer (más detalles en el futuro) y este trabajo está en España, así que no tengo más remedio que despedirme de mis amigos y compañeros, aunque volveré de visita :)



Si alguna vez os habéis planteado salir de España y vivir un tiempo en el extranjero, yo os recomiendo que lo hagáis, ya que no solo aprenderéis un nuevo idioma sino que empezaréis a tener una perspectiva más amplia de lo que os rodea y a entender cómo la gente que ha crecido dentro de otra cultura ve el mundo, os volveréis más comprensivos, más abiertos, más respetuosos hacia lo que os es desconocido, espabilaréis en muchos sentidos, ya que el choque cultural y el cambio de idioma te impulsan a abrirte paso de otra forma y si os vais, cuando regreséis, haced balance y veréis que el mundo es muy grande, pero a la vez inmensamente pequeño y que seas de donde seas, al final, todos somos muy parecidos y buscamos y luchamos por las mismas cosas. Creo que es una experiencia que nadie debe perderse y menos hoy en día en este mundo globalizado. Hamburgo es una buena opción y además está llena de gente increíble :)


Mi próxima entrada la escribiré desde España, así que hasta pronto y gracias a todos por haberme acompañado en mi aventura alemana.

(Estoy lanzando un beso)



jueves, 20 de diciembre de 2012

La Navidad y los juegos online

Ya que la Navidad está a la vuelta de la esquina (de hecho, mañana vuelo a casa), he pensado en reflexionar sobre el conflicto de la "Navidad" (se puede extrapolar a otras fiestas) en los videojuegos online. Después de que Don Localizote nos haya ofrecido una panorámica de los problemas que suponen los juegos online, yo voy a centrarme solo en el gran dilema de la Navidad. 

Como ya habréis leído en el blog de Don Localizote, una de las grandes restricciones de los juegos online es el hecho de que el juego se ofrezca en un servidor global en el que se enfrentan jugadores de todos los rincones de la Tierra. Por tanto, a menudo, se lanzan actualizaciones sobre acontecimientos que pueden resultar relevantes para la cultura origen, pero no tanto para la cultura meta e incluso que pueden llegar a ser conflictivos. Uno de los ejemplos es la Navidad. 

No en todos los países y culturas se celebra la Navidad. La Navidad es una fiesta cristiana y, por tanto, aunque la influencia del cine y la globalización haya permitido que se entienda e incluso se medio festeje en otras culturas o que se respete por otras religiones, no es una fiesta musulmana, ni una fiesta budista, ni tiene cabida en otras religiones y, por tanto, para ellos, un acontecimiento navideño en un juego que se pretenda vender como "localizado" y como parte de su cultura carece de sentido. 

Pero, no hace falta irse a otras religiones, mismamente con centrarnos en las ramas del Cristianismo nos vale.  Por ejemplo, en España, a nosotros no nos trae los regalos un hombre vestido de rojo y con barba blanca, a nosotros nos los traen los Reyes Magos el 6 de enero y, aunque estemos muy influidos por la televisión, los jugadores españoles puede que no entiendan que haya un acontecimiento sobre la segunda Navidad el 26 de diciembre como ocurre en la Navidad protestante o sobre el Adviento durante el mes de diciembre y que, sin embargo, se olviden de los Reyes Magos. Otro ejemplo, son las uvas en Nochevieja en España o las lentejas en Italia frente a los fuegos artificiales y los petardos tan típicos en el Norte de Europa o el turrón frente al Glühwein. Por supuesto, el jugador va a entender esos símbolos, pero el juego va a seguir pareciéndole un producto extranjero.



Otro problema es la nieve. Cuando vemos una postal con nieve, incluso aunque no tenga un árbol de Navidad en medio, inmediatamente la relacionamos con la Navidad y, a menudo, las tarjetas de Navidad son un paisaje con nieve, pero ¿qué ocurre en el Caribe? ¿O en Brasil? Para ellos, la nieve no es una parte de la Navidad.



Cuando empecé a trabajar en la empresa de videojuegos, teníamos un videojuego sobre prostitutas, proxenetas y delincuentes y, en Navidad, había una promoción de prostitutas de Navidad con habilidades especiales. Para un protestante, esto puede resultar gracioso, pero en Polonia, donde una gran parte de la población es extremadamente católica, hablar de prostitutas navideñas era un gran insulto a la fiesta en la que se celebra el nacimiento de Cristo.

En definitiva, cuando un desarrollador de videojuegos se decide a lanzar un acontecimiento relacionado con un aspecto cultural debe tener en cuenta que el significado de ese acontecimiento y los iconos basados en él varían de una cultura a otra y que, por tanto, no va a tener el mismo impacto en la cultura de origen que en la cultura meta. Por tanto, tiene dos opciones: lanzar solo los acontecimientos en servidores locales donde tengan verdaderamente sentido o lanzar acontecimientos neutrales que no estén relacionados con ningún aspecto cultural. Si, aún conociendo el riesgo, decide publicar un acontecimiento basado en su cultura en un servidor global, no debe sorprenderse si el juego no recibe la misma aceptación ni los mismos ingresos que en su país.

¡Feliz Navidad a todos y próspero año 2013! 




martes, 4 de diciembre de 2012

Las correcciones de las pruebas de traducción

Esta entrada enlaza un poco la idea que refleja Pablo en su entrada Pensar es gratis, pero a veces cuesta, aunque desde el punto de vista del traductor que ha pensado y que recibe una corrección en la que no lo han apreciado, que también pasa.

De hecho, a mí me ha pasado dos veces en cuestión de dos semanas y la verdad es que a la segunda ya me he visto obligada a escribir algo sobre ello.

Esta entrada va dirigida a la gente que se dedica a corregir pruebas de traducción principalmente, aunque también a los que corrigen cualquier traducción y, puesto que no soy una experta en corrección, aunque lo he hecho durante años en mi trabajo, puede que mi planteamiento no sea muy técnico, pero es lo que considero adecuado para que la corrección sea eso: una corrección y no una retraducción u otro punto de vista.

En mi opinión, las correcciones deben basarse en distintos niveles: gramática, ortografía y estilo (adaptación al género y al contexto). El corrector no debe sentarse ante la traducción y cambiarla entera por cuestión de gustos si el traductor ha escrito correctamente (gramaticalmente y ortográficamente) y, además, se ha adaptado al género del texto y al estilo que corresponda a ese género y al contexto en el que se desarrolla la historia. Por ejemplo, me parece adecuado que un corrector no admita vulgarismos en un juego o texto para niños o que decida cambiar el tú por el vos en un texto sobre la Edad Media. Lo que no me parece adecuado es que cambie una palabra por su sinónimo si ambas son correctas enmarcadas en el contexto del texto o que se base en sus gustos personales para decidir lo que está bien o lo que está mal. Es decir, el corrector no debe basarse en "lo que le suene bien" sino en lo que es correcto o incorrecto porque es evidente que cada traductor al igual que cada escritor tiene su propio estilo y el corrector también tiene el suyo propio, lo que no significa que la traducción esté mal. Es decir, el primer principio es la objetividad. Cualquiera ha pensado alguna vez que si él mismo hubiera escrito un determinado texto, lo habría hecho de otra forma, pero eso no implica que no deba respetar el tratamiento que el traductor ha dado al texto. Cada texto tiene múltiples interpretaciones o múltiples formas de ser reproducido.

Asimismo, el corrector, sobre todo en el caso de las pruebas de traducción, debe ponerse en la piel del traductor. Es decir, cuando corrija la prueba, debe tener en cuenta el nivel de adecuación del traductor conforme al tiempo que tuvo para hacer la prueba y los recursos con los que contaba. No es lo mismo hacer una prueba el día de la entrevista, sin diccionarios y sin Internet, delante del entrevistador que hacerla dentro de un límite de tiempo o sin límite alguno.

A menudo, la prueba viene con unas instrucciones y al igual que el traductor debe tenerlas en cuenta (por ejemplo, seguir la terminología oficial de una determinada empresa), también debe aplicarlas el corrector a la hora de hacer su juicio de valor:

Por ejemplo, al traductor le han pedido traducir una serie de términos con un límite de caracteres, el corrector, por tanto, también tendrá que respetar ese límite. Parece muy obvio, pero la semana pasada, me pasó esto mismo, me devané los sesos pensando en cómo traducir una serie de términos y frases en un espacio muy reducido y después de dar con soluciones, que evidentemente no son tan buenas como las que propondrías si tuvieras más espacio, pero que eran válidas, el corrector me pone que por qué no he usado la palabra más obvia, la cual sobrepasaba el límite en, tranquilamente, cinco caracteres (¿por qué será?)

Otro caso es el que ya he mencionado, la empresa te pide que uses la terminología oficial de un determinado producto, tú como buen traductor buscas el manual y las traducciones oficiales. Las usas, como indicaban las instrucciones de la prueba, aunque, en ocasiones, no son la solución más bonita, pero sí la aceptada y el corrector te dice que suena mucho mejor otra palabra (a ti por supuesto, no se te había ocurrido...).

Para acabar, una empresa te pide que adaptes un texto conforme a las reglas de SEO para publicarlo en una página de aterrizaje, lo que incluye la repetición de las palabras clave en un determinado porcentaje. El corrector te devuelve el texto indignado porque repitas varias veces en tres párrafos la misma palabra en vez de usar sinónimos que quedan mucho más bonitos en castellano...

En definitiva, hay muchos traductores capaces de hacer un texto estilística y gramaticalmente correcto, pero no todos son capaces de hacerlo conforme a las instrucciones del cliente y es ahí donde la mano del corrector y su opinión deben resultar decisivas. El corrector va a ser el filtro y sus comentarios y correcciones van a determinar en gran medida si un traductor consigue un trabajo o no. Por ello, su labor es fundamental y muy importante para que la industria funcione y, por tanto, debe ser capaz de trabajar de forma objetiva, exhaustiva y profesional. Las empresas deberían elegir a los correctores con mucho cuidado, ya que una buena parte del peso de la decisión de si se contrata a alguien o no depende de ellos y las personas a las que una empresa contrata definen el futuro de esa empresa.

lunes, 19 de noviembre de 2012

La historia que nunca acaba

Hace ya tiempo hablé de lo que se suele esperar de un traductor cuando hace una prueba de traducción desde el punto de vista del gestor de proyectos y, ahora, como se ha dado la vuelta a la tortilla y soy yo la que hace pruebas de traducción, me he puesto a reflexionar sobre lo que siento cada vez que hago una prueba de traducción, que se puede resumir en: 
- ¿Por qué no me contestan?
- Hora de suplicar para que hagan una prueba
- Concentración total, vamos a clavarla.
- ¿Les gustará?
- Me agregan a su base de datos y ¿ahora qué?
- Vuelta a empezar.

Es decir, es la historia que nunca acaba. Para empezar, algo que llevo pensando durante mucho tiempo y que he comentado a varios colegas traductores últimamente es que ya puedes haber estudiado Traducción e Interpretación, haber hecho un Máster, haber trabajado cinco años en la industria, pero aún así tendrás que someterte una y otra vez a examen. Sinceramente, no lo entiendo. Si ya lo demostraste con los cuatro o cinco años de exámenes y ejercicios, con la tesina y con los años de experiencia, ¿no te has ganado ya el respeto suficiente para que te crean cuando dices que sabes lo que haces? Pues parece que no, el traductor tiene que "licenciarse" cada vez que quiere participar en un proyecto o que cuenten con él en una agencia de traducción, incluso aunque haya hecho veinte pruebas del mismo tipo y tenga no sé cuántas referencias.

¿Por qué ocurre esto? Supongo que es la historia de siempre: se sigue pensando que cualquiera puede traducir y solicitar un empleo de traductor por el hecho de hablar ciertos idiomas. Por ello, las empresas deciden examinar a la persona por su cuenta y ver si es lo que ellos específicamente buscan. ¿Pero, entonces para qué quiero tener un buen currículo y haber estudiado la carrera? Buena pregunta. Lo quieres para tener que suplicar un poco menos para que te hagan la prueba y, por supuesto, para hacerla bien. Aunque hacer la prueba bien, no garantiza nada, ya que solo supone que te metan en una base de datos y que tengas que cruzar los dedos para que un día tengan suficiente trabajo como para recurrir a ti y tranquilamente puede ocurrir que alguien menos capacitado que tú haga la prueba tan bien como tú porque ese día se alinearon las estrellas, pero sea más barato y recurran a él primero. 

Así que ¿cuál es la conclusión? La conclusión es que hay algo que estamos haciendo mal con nuestra profesión porque en teoría estudiamos algo para conseguir un buen trabajo y tener una vida cómoda, pero en la práctica, el traductor nunca termina el proceso, salvo si se queda toda la vida en la misma empresa o monta la suya propia. Somos algo así como Peter Pan y los niños descarriados, que no nos hacemos mayores o que nos han dejado atrapados en un mundo donde nos impiden crecer. No tengo una solución, pero ¿por qué no ocurre esto en otro tipo de profesiones? ¿Por qué un ingeniero o un médico cuando terminan sus muchos años de carrera, prácticas, etc. consiguen un trabajo sin que nadie ponga en duda sus conocimientos? 


En fin, supongo que la paciencia es la madre de todas las ciencias y no sabéis todo lo que estoy aprendiendo desde que me he embarcado en esta nueva aventura de la autonomía.


miércoles, 31 de octubre de 2012

Mi página web

Llevo con el proyecto de crear una web desde verano y ha tenido que ser mi cambio de vida el que me impulsara a llevarlo a cabo de una vez por todas. Aquí la tenéis: http://www.transcreatingworlds.com/ (también podéis acceder a ella por medio de la pestaña). Aún me faltan retoques de diseño y un par de cosillas más que tengo que perfeccionar o pensar mejor, pero podéis ir echando un vistazo. No se trata de una página personal, sino más bien un proyecto profesional. Espero que os guste. Por el momento, es muy sencilla, pero tiempo al tiempo. Os agradezco si la compartís y hacéis un poquito de publicidad, que nunca viene mal.

Un abrazo

sábado, 27 de octubre de 2012

Una nueva aventura

La verdad es que hasta ahora he usado el blog para hablar de temas que consideraba que se merecían una entrada o que podrían ser útiles de algún modo, pero, esta vez, voy a hacer una entrada más a modo de queja o denuncia, aunque puede que alguien le saque alguna utilidad.

Supongo que los que os movéis por el mundo de los videojuegos ya lo habréis oído, pero para los que aún no se hayan enterado, una empresa bastante grande de juegos online ha hecho una restructuración y, con ella, se han ido 130 personas a la calle y, entre esas personas, de los más afectados han sido los traductores.

Si os soy sincera es algo que se veía venir: la gestión de proyectos la habían dejado en manos de gente que no tenía prácticamente nada que ver con el mundo de la traducción y quienes consideraban que cualquier persona era capaz de traducir todo lo que le dieran en un tiempo récord porque la traducción es algo tremendamente sencillo, todo el mundo que sabe un idioma (os remito a una de mis primeras entradas) sabe traducirlo a su idioma. De hecho, uno de los ejemplos más claros que se vieron en los últimos tiempos fue que la empresa recibió 20000 palabras para traducir y, como ya sabían que los traductores internos se iban a ir a la calle y los externos les salían demasiado caros, decidieron darles la traducción a los administradores de los foros de cada idioma porque ellos lo hacían gratuitamente y daba completamente igual lo que esas personas hubieran estudiado o hecho en su vida o los conocimientos de los idiomas que tuvieran, lo importante era su precio. Un ejemplo así demuestra el poco valor que se le daba a los traductores y, por tanto, que los traductores se fueran y los sustituyeran por gente más barata era cuestión de tiempo. Con esto también os remito a mi entrada sobre los gestores de proyectos.

A lo que voy es que por desgracia para nosotros aún el mundo de la traducción y de la localización está muy infravalorado. El hecho de que una empresa con más de 500 trabajadores ponga en manos de cualquiera el departamento que hace posible que esa empresa tenga éxito internacional es una muestra de que aún nos queda mucho camino por recorrer para alcanzar el reconocimiento. Yo, por mi parte, no me voy a cansar de luchar por lo que considero justo y por lo que considero que significa hacer las cosas bien, aunque ahora esto implica para mí embarcarme en una nueva aventura que es la del traductor autónomo y en la que necesitaré el apoyo de muchos de vosotros, los traductores.

La traducción, la localización y la transcreación son la forma que el mundo tiene de atravesar fronteras sin necesidad de moverse de su casa, son la forma de conocer otros mundos que, de otro modo, nos serían inaccesibles, son la forma de llevar lo local a lo global y son una herramienta necesaria para que una empresa tenga éxito internacional. Por tanto, quien las tira por la ventana está destruyendo su oportunidad de conquistar el mundo.


sábado, 6 de octubre de 2012

Los gestores de proyectos: los que deberían ser nuestros aliados

Últimamente, he tenido un par de malas experiencias con gestores de proyectos, lo que me ha llevado a reflexionar qué es lo que se debería esperar de un gestor de proyectos desde el punto de vista de un traductor, pero también desde el punto de vista de la empresa (al menos de lo que buscaría yo si fuera una empresa). 

Desde una perspectiva general y, en mi opinión, el gestor de proyectos es una figura vital para que el proceso de traducción o localización se realice correctamente y, por tanto, el gestor de proyectos tiene que ser un buen profesional, capaz de tener una visión de conjunto, un buen criterio matemático y un don de gentes. Por supuesto, estos aspectos son muy generales y bastante difusos, así que voy a intentar ser más específica.

Considero que un gestor de proyectos de traducción debería haber estudiado Traducción o al menos tener una amplia experiencia como traductor. La razón para ello es muy simple: el gestor de proyectos es el nexo de unión entre lo que quiere la empresa y lo que va a proporcionarle el traductor. Por tanto, debe ser capaz de resolver cualquier problema en el proceso: tanto dudas del traductor como dudas por parte de la empresa. 

En primer lugar, debe ser capaz de agarrar la propuesta de la empresa y saber diseccionarla y analizarla de tal forma que el mayor número posible de dudas de traducción que pueda plantear el texto ya las pueda plantear él o ella desde el principio. 

Por ejemplo, el otro día nos enviaron una tarea en la que una empresa inglesa nos pedía traducir una encuesta. En ella, los resultados de la encuesta tenían esta estructura:

Id 1: %s %p a happy warrior who wants to be in a world full of butterflies (es solo un ejemplo).

La empresa planteaba que el primer %s hacía referencia al sujeto y el segundo %p al verbo puesto que solo eso cambia en inglés en la frase y no se planteaban que en otros idiomas los cambios van más allá de la forma verbal y del sujeto: el género por ejemplo. El caso es que el gestor de proyectos ni siquiera se planteó que esto supusiera un problema o que esto provocara que la empresa inglesa tuviera que introducir textos alternativos en el código del programa para los otros idiomas para que el resultado saltara conforme al sexo de la persona que respondía la encuesta. 

Los traductores fueron los que plantearon la solución y después de todo un día de trabajo y entregar la tarea de la forma adecuada para que se adaptara a los idiomas romances, el gestor de proyectos dijo que la reprogramación del código costaba mucho dinero y que no había que hacer la tarea. Todo un día tirado por la borda porque no fue capaz de analizar desde el principio cómo se debía llevar a cabo la tarea y qué es lo que tenía que pedir a la empresa. Tan solo con leerse bien lo que pedían, ver el primer ejemplo y, por supuesto, tener una noción de cómo funciona la traducción, el problema se habría resuelto.

En segundo lugar y en relación con el ejemplo, el gestor de proyectos tiene que ser capaz de calcular los costes y el tiempo conforme a los recursos que tiene a su disposición y conforme a lo que es mejor para la empresa. Es decir, a veces es mejor plantear a la empresa un plazo más amplio y usar menos recursos, lo que supone menos dinero a la empresa, que usar muchos traductores para un mismo proyecto y que haya discrepancias dentro del proyecto. El gestor tiene que ser capaz de ponerse en la piel del traductor y de la empresa y no plantear plazos imposibles o prometer el oro y el moro y que eso repercuta en gastos adicionales. 

En tercer lugar, el gestor de proyectos debe ser una persona empática y con un don de gentes. En su función, debe saber mantener contentos no solo a las empresas, sino también a los traductores. El hecho de que haya muchos traductores en el mundo no quita que cuando tienes unos buenos en el equipo, deberías ser capaz de mantenerlos, ya que, se crea una relación de confianza y esto te garantiza que ofrecerás un producto bueno y a tiempo. Al fin y al cabo, la figura del gestor de proyectos no existiría sin los traductores, así que deberían ser su bien más preciado. 

Debería estar siempre disponible para las dudas de los traductores y ofrecerles siempre a priori toda la información necesaria para que desarrollen bien su tarea. Es decir, en el proceso de análisis de la tarea, debe realizar una labor de documentación y pedir a la empresa todos los materiales que considere necesarios y toda la información que pueda ser de valor para el traductor. De esta forma, se evitará muchos quebraderos de cabeza durante el proceso y recibirá muchas menos preguntas por parte de los traductores porque una parte de sus dudas ya estarán resueltas desde el principio.

Para acabar, tiene que controlar y revisar la tarea una vez finalizada. Por supuesto, no tiene por qué conocer los idiomas, pero sí debe homogeneizar los documentos (que los nombres de los archivos sean similares y el formato el adecuado) y comprobar que todo está hecho. Asimismo, es muy recomendable que envíe un feedback a los traductores de su trabajo. Por ejemplo, si la empresa se ha quejado por algo o si todo lo contrario o si ve que falta algo o si han hecho un trabajo excelente. Los traductores estarán muy agradecidos de recibirlo, ya que, solo viendo los fallos, se es capaz de mejorar o si han hecho un buen trabajo, sabrán que deben seguir por ese camino.



En definitiva, el gestor de proyectos debería ser nuestro aliado, nuestro compañero y la persona que siempre esté ahí si sentimos que nos estamos volviendo locos frente a un texto.