miércoles, 13 de julio de 2016

Otra vez este texto horrible…

Ya he hablado varias veces del tema de la especialización y de que siempre recomiendo a los estudiantes que se especialicen en una determinada área porque el que mucho abarca poco aprieta y ayer precisamente estuvimos hablando de este tema en TransCreat, sobre si realmente es factible que un traductor solo se dedique a un campo específico o si al final estamos condenados a saber un poco de muchas cosas pero realmente no mucho de nada.

Es un tema peliagudo porque, a menudo, aunque queremos dirigir nuestro futuro hacia un determinado objetivo, el mundo que nos rodea se empeña en ponernos obstáculos o pruebas por el camino. Es decir, con frecuencia, si quieres vivir bien de la traducción, no puedes descartar temas más generales u otras especialidades que no te gusten tanto. El problema derivado es que a veces te ves aceptando textos que personalmente no te dicen nada o que no te disgustan, pero tampoco son lo que soñabas cuando pensabas en lo que querías hacer cuando fueras traductor y cuando llegan los que de verdad te gustan o los temas con los que realmente te sientes cómodo, no tienes capacidad para aceptarlos.


No sabría decir cuál es la mejor opción: si solo aceptar lo que quieres hacer o si conformarte para al menos alcanzar un buen sueldo a final de mes. Cualquiera de las dos opciones tienen sus pros y contras. No obstante, lo ideal sería llegar a un punto medio. Creo realmente que traducimos mejor si lo que traducimos nos gusta, si nos hace felices y, si traducimos mejor, generamos más confianza entre nuestros clientes. Por tanto, sí, invito a que tratemos de marcarnos un objetivo en un ámbito específico y luchemos por lograrlo, aunque eso no implique que descartemos aprender otras cosas por el camino por si las moscas o por si encontramos algo que sorprendentemente nos guste más o se nos dé mejor.


¿Cómo podemos lograr esto? Me imagino que lo primero es asentarnos, crecer como traductores y tener una fuente de ingresos constante y, para ello, hay que tener paciencia. Cuando hayamos conseguido esto, podremos priorizar entre lo que nos gusta más y lo que no nos gusta tanto, pero durante ese camino, no hay que dejar de intentarlo, hay que buscar clientes del área que queremos, hay que fortalecer nuestra red de contactos tanto dentro de esa área como en otras y seguirnos formando en aquello que nos guste para que cuando llegue, podamos realmente vivir de ello sin necesidad de tener que recurrir a otras fuentes de ingresos o simplemente delegando lo que no nos hace felices. Al fin y al cabo, sobre gustos, no hay nada escrito y siempre habrá alguien al que le entusiasme el tipo de texto que a ti no te hace ni fu ni fa. Para eso, está la red de contactos porque, al fin y al cabo, unidos los traductores somos más felices y más fuertes.


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