lunes, 26 de enero de 2015

¿Los gestores de proyectos deberían ser traductores?


Hace ya algún tiempo hablé de los gestores de proyectos y de la relación que deberían tener con los traductores desde mi punto de vista. Hoy quiero dedicar de nuevo una entrada a los gestores de proyectos, pero esta vez como reflexión o respuesta a la pregunta que formulo en el enunciado.

Como sabéis, yo he trabajado en los dos bandos y mis compañeras también. Empecé como traductora, pasé a ser jefe de equipo y a llevar la gestión de los proyectos de traducción, luego estuve en una agencia como coordinadora del equipo de gestión de proyectos y ahora vuelvo a traducir. Mis dos compañeras comenzaron, principalmente, como gestoras y ahora sobre todo traducen, aunque no hemos dejado de coordinar proyectos. Os cuento esto para que entendáis que intento opinar sobre este tema desde el conocimiento y no solo desde la posición de traductora autónoma que nunca se ha encontrado en la tesitura de tener que gestionar algún proyecto.

En mi opinión, los gestores de proyectos de traducción deberían tener formación de traductores. Es más, me tiro a la piscina y os digo que no vale con formación en filología o lingüística, la formación que necesitan es la del traductor con sus asignaturas de documentación y sus exámenes de traducción. Asimismo, deberían tener experiencia en traducción, ya que no sirve de nada que tengan los conocimientos teóricos si nunca se han encontrado delante de un texto real y han tenido que enfrentarse a él con una fecha de entrega imposible y la poca información contextual que a menudo proporcionan los clientes.

Considero que solo cuando te has visto en una situación similar, eres capaz de decidir quién es la persona más adecuada para realizar un encargo de traducción, qué plazo debes dar a esa persona y qué contexto tienes que proporcionarle. El hecho de saber lo que necesita un traductor, la documentación que va a precisar y saber adelantarte a las preguntas que puede formular son aspectos que pueden marcar la diferencia en tu trabajo como gestor de proyectos. No basta con recibir un encargo del cliente y reenviarlo al primer traductor que tengas en tu lista o al más económico, tu deber como gestor de proyectos consiste en gestionar de forma eficiente y eficaz el proyecto (a veces lo barato, se paga caro). Si te pones en la piel del traductor, puedes adelantar muchas cuestiones y quebraderos de cabeza, además de plantear desde el principio al cliente lo que vas a necesitar para ese proyecto.

Un gestor de proyectos necesita ser rápido y tener una visión global de todos los aspectos del proyecto, debe dominarlo y conocerlo, y hacer que el cliente se sienta seguro por haberle confiado el trabajo. ¿Quién mejor que un traductor para saber qué necesita otro traductor y qué necesita del cliente? 

Imagen extraída de: http://marketingparatraductores.com/

Sé que ya hay algunas facultades en las que se imparte la asignatura de gestión de proyectos y me alegro, ya que es una de las puertas que se abren a los traductores cuando terminan la carrera y creo que es necesario formarte un poco en ello, ya que no todo el que sabe traducir vale para gestionar al igual que no todo el que sabe gestionar, es capaz de traducir. Animo a todos los estudiantes a que cursen alguna asignatura de gestión para entender este trabajo y que tengan esa opción al salir de la carrera además de para que entiendan la presión y el estrés al que se ven sometidos muchos gestores de proyectos. Asimismo, animo a las agencias a que opten por traductores para esta labor.

Eso es todo por hoy ;)

domingo, 26 de octubre de 2014

De bodas internacionales (parte II)

Hace unas cuantas semanas os empecé a hablar de mis experiencias en bodas en otros países o con un factor internacional (novia o novio de otro país) y hoy quería retomar este tema para hablaros de otras dos bodas.

Boda en Turquía (novia turca y novio holandés)

Hace unos años tuve la suerte de poder asistir a una boda entre un chico holandés y una chica turca en Izmir, Turquía, y la verdad es que esta boda fue muy diferente a todas las demás bodas a las que he ido. No hubo ceremonia como tal, tan solo unas palabras entre los novios y el beso, ya que ya se habían casado por lo civil, así que la boda comenzó con el banquete.

La comida era turca, por su puesto, así que estaba muy buena y muy especiada y la acompañamos con cerveza, eso sí, sin alcohol, ya que en las ceremonias turcas no se sirve alcohol y, sin embargo, no nos dimos cuenta hasta tomadas un par de cervezas (con lo que se nota que la San Miguel sin alcohol no tiene alcohol). Eso sí, no vayáis a pensar que se trata de un típico gran banquete como solemos hacer en España en el que nos sentamos y hasta que no nos hemos puesto hasta las trancas no nos levantamos para ir al baile. Durante todos los platos, hay música y no para escuchar, sino para bailar. Es decir, entre cuchara y cuchara, los invitados te sacan a bailar bailes tradicionales (normalmente en corro), así que los invitados interactúan durante toda la boda.

Como el baile se fue desarrollando durante la comida, cuando acabamos de cenar tan solo hubo un par de canciones más y la fiesta acabó. Mi consejo: llévate zapatos cómodos porque no vas a parar quieto en toda la boda.



En los bailes, los gestos típicos del novio son los siguientes: brazos extendidos mientras se chasquean los dedos y los pies siguen el ritmo de la música. La mujer, por su parte, mantiene los brazos cerrados y va haciendo movimientos circulares como invitando a que el novio se acerque a ella.

También se baila en corros (uno en la parte de fuera y otro en la de dentro) que se van cerrando y abriendo, y moviéndose en una dirección o en la otra. El que dirige los movimientos lleva un pañuelo.

Algo muy típico mientras bailan los novios es lanzarles monedas para desearles fortuna en su matrimonio.

Como esta boda tenía un novio holandés, los holandeses aportaron su granito de arena a los bailes tradicionales cantando una canción popular holandesa al novio.

Boda en Holanda (entre holandeses)

En junio de este año, fui a mi primera boda en Holanda, aunque si os digo la verdad al principio cuando me enteré del programa de la boda, me sentí un poco indignada, ya que vi que la boda tenía varias partes y no estábamos invitados a todas. Una vez que estuve en la boda, ya hablé con invitados y es que resulta que así suelen ser las bodas en Holanda, así que no hay motivo de indignación alguna porque se trata de un tema cultural.

La boda comenzaba con una ceremonia civil a la que podían asistir todos los invitados. Tras la boda civil había un cóctel, al que estaban invitados los familiares y algunos amigos. Tras el cóctel, había el banquete, al que estaban invitados los familiares y los amigos más cercanos y, para rematar, tras el banquete había un baile, al que tanto familiares, amigos más cercanos como el resto de invitados debían asistir. Es decir, el banquete es solo para los más cercanos y la fiesta es para todos.

La fiesta se hizo en un edificio muy bonito y contrataron a un grupo de música. Los novios daban la bienvenida a los invitados en la recepción del sitio y allí los invitados iban pasando a saludarles y les iban dando los regalos. Cuando acabaron, primero tomamos algo en un jardín y después subimos a ver al grupo y al baile. Durante el baile dieron pequeños aperitivos e hicimos el típico Photocall para que los novios tuvieran un recuerdo de la noche.



Me llamó mucho la atención que en un mismo día tengas tantas partes con tanta gente distinta, ya que tiene que ser bastante complicado decidir quién va a cada sitio, pero probablemente resulte mucho más económico. No obstante, cuando vas solo a la fiesta, te da la sensación de estar yendo a una fiesta normal, en la que los protagonistas van vestidos de novios, se pierde un poco la gracia de tener un día de boda. Los regalos son parecidos a Alemania, como la celebración no es tan grande, los regalos son más bien comedidos.

Esto es todo por hoy, amigos, espero que estéis pasando un buen fin de semana.



viernes, 26 de septiembre de 2014

De bodas internacionales (parte I)


El fin de semana pasado estuve en una boda en Italia y tengo que decir que los italianos comen incluso más que los españoles y, viendo la base de la mayoría de dietas que encuentras por Internet, no entiendo como lucen esos cuerpos con tanto hidrato de carbono (es una broma). La verdad es que me lo pasé muy bien y, como no ha sido la única boda “internacional” a la que he ido en los últimos años, me dio por reflexionar sobre las diferencias y las semejanzas entre las bodas españolas y las bodas de otros países. No creáis que esto es “moco de pavo”, ya que cuando vas a un acontecimiento de esta índole a otro país debes estar preparado y hoy en día este tipo de bodas va en aumento, ya que hay  muchos españoles que han emigrado a otros países.

Por supuesto, como hago siempre, voy a hablar de mis experiencias y luego ya, si vosotros habéis vivido situaciones similares, estáis invitados a comentarlas.

En mi caso, he ido a una boda en España entre una chica española y un chico polaco, una boda en Alemania entre alemanes, una boda en Turquía entre un chico holandés y una chica turca, una boda en Holanda entre holandeses y una boda en Italia entre un chico español y una chica italiana.

Todas las bodas se han caracterizado por las ganas de los invitados de pasárselo bien y todas han contado con baile, ya sea con una orquesta o un dj, pero al margen de estos dos aspectos, todas tienen un montón de particularidades que debemos conocer para que no nos pillen por sorpresa. Como tengo muchas cosas que contar, voy a dividir este artículo en tres partes: aquí va la primera.

-         Boda polaca-española:

Polonia es un país muy católico y España, digamos lo que digamos, lo sigue siendo, así que esta boda fue por la iglesia. El cura era polaco, pero hablaba español perfectamente y la ceremonia se realizó en ambos idiomas.

La boda en sí fue muy similar a las españolas, dado el componente español (la novia y que se celebraba en Zaragoza), pero, antes de cada plato, había que beber un chupito de vodka.

El pan, el vino y la sal son muy importantes. El pan representa que el matrimonio nunca estará hambriento y la sal es un recordatorio de que los tiempos pueden ser difíciles, pero ellos deben hacer frente a todo lo que pueda suceder. El vino significa buena salud y buen ánimo.

Normalmente, la tarta en las bodas polacas se corta a las 12 de la noche y, a continuación, comienza el baile que dura hasta el amanecer.

Una tradición muy típica es el oczepiny, que tiene lugar también alrededor de la media noche. La dama de honor retira el velo de la novia y la novia lo lanza como si fuera el ramo de flores. Marca el primer día de la novia como mujer. Asimismo, el novio lanza la corbata o la pajarita entre los hombres y la pareja que haya recogido el velo y la pajarita o corbata tendrán que bailar. No obstante, mi amiga tiró el ramo siguiendo la tradición española.

De cualquier forma, tienes que reservar fuerzas, ya que las bodas polacas suelen durar dos días y al día siguiente se suele hacer una comida o merienda con los invitados.

-        Boda alemana:
Las bodas alemanas, por lo general, no son tan grandes como las bodas españolas. Suelen invitar solo a los familiares y amigos más cercanos y no hay un protocolo claro para la  ropa. En esta boda, había gente que iba vestida de calle (vaqueros y camiseta) y gente que llevaba vestido de cóctel. Esta boda, si no recuerdo mal, fue católica aunque en Alemania hay una mayoría protestante.

La comida en sí fue un buffet sencillo, en el que destacaba el fondue de chocolate, en un beach-club, que son pabellones o recintos a modo de terraza de verano, decorados con arena de playa para parecer que estás de vacaciones.

Lo que más me llamó la atención es que durante toda la boda se hicieron muchos juegos para que los invitados se conocieran e interactuaran. Por ejemplo, cada uno teníamos una tarjeta con un personaje y teníamos que bailar con la pareja de ese personaje (Mickey y Minnie) o los novios debían contestar una serie de preguntas sobre su pareja para ganar un premio…

Como las bodas son sencillas, los regalos de las bodas no tienen nada que ver con los españoles y a los novios se les suele regalar algo o dar dinero, pero, en ningún momento, se plantean pagar la boda con los regalos. Es decir, divide entre tres o incluso cuatro lo que nosotros solemos dar para hacerte una idea.

Lo más característico de las bodas es que unos días antes, por lo general en casa de la novia, se celebra una fiesta llamada Polterabend en la que se rompe vajilla para propiciar buena suerte para la pareja y allí se reúnen familiares y amigos, y a menudo, la fiesta es más grande que la propia boda.




En un par de semanas, continuamos…

martes, 2 de septiembre de 2014

El enrevesado y frustrante mundo de las actualizaciones

Como ya sabéis, TransCreat lleva ya dos meses en marcha y la verdad es que no nos podemos quejar aunque, como ocurre siempre con cualquier proyecto que comienza, ahora metemos horas como locas aunque en agosto también tuvimos tiempo para darnos algún baño que otro en la piscina entre traducciones y revisiones ;)

Durante estos dos meses, una de las tareas más frecuentes que hemos recibido ha sido la traducción de actualizaciones de manuales de instrumental médico, medicamentos, etc. Como son actualizaciones, existen traducciones anteriores del manual que se supone que debes seguir, memorias de traducción y glosarios oficiales de los clientes. En principio, esto suena muy sencillo, ya que si la memoria de traducción está completa y bien revisada, debería ser un trabajo de “coser y cantar”. Sin embargo, la realidad no puede estar más alejada. Normalmente, ha “metido mano” tanta gente que la memoria tiene múltiples versiones para una misma frase y, además, estas versiones no coinciden con el glosario y, en muchos casos, tampoco con tu sentido común. Esto te genera muchas dudas que, a menudo, ni siquiera tu cliente o la agencia para la que trabajes te sabrá responder. ¿Te fijas en la memoria, haces caso al glosario, lo traduces como dicta tu razonamiento?

Por nuestra experiencia de estos dos últimos meses, generalmente, te pedirán que te bases en las traducciones ya existentes y que seas lo más fiel posible a ellas. El problema se plantea cuando ves que esas traducciones están llenas de incoherencias y contienen muchos errores de traducción. ¿Entonces qué puedes hacer? Por desgracia, poco porque por mucho que tú quieras proporcionar una buena traducción y corregir los fallos que encontraste en las versiones anteriores, es probable que nadie quiera asumir los errores que se cometieron en primer lugar (en especial, en el caso de que trabajes con intermediarios) y te pidan que, aunque no te guste, mantengas las traducciones originales y sigas su línea en la actualización.
Hace poco me devolvieron la actualización de un manual en la que me corregían los títulos y me decían que mantuviera los de la primera versión, pero es que el traductor de la primera versión había echado a volar su imaginación y muchos títulos no se correspondían con el original o usaban una terminología distinta a la que se usaba en el apartado que encabezaban. Cualquier justificación fue en vano y al final, como el cliente lo quería así, me tocó mantener los títulos originales “por una cuestión de homogeneidad con el anterior manual”. Entiendo el argumento, pero considero que más vale corregir los errores tarde que nunca. No obstante, es un círculo vicioso en el que nadie quiere asumir la responsabilidad.

No es de extrañar que la gente se queje de las traducciones de los manuales. Lo malo es que esto daña a la figura del traductor, ya que se pone en entredicho su trabajo cuando en realidad puede que simplemente esté siguiendo órdenes como cualquier trabajador.


Con esto, tan solo quiero que adquiramos un poco de conciencia de que, a veces, la calidad de un traductor viene determinada por muchos factores externos ajenos a él. Ahora me diréis que siempre se puede decir que no, pero esa no es siempre la realidad.

lunes, 30 de junio de 2014

Borrador de un nuevo proyecto

;)

Hola a todos:

Esta entrada es para despedirme de mi actual etapa profesional y dar la bienvenida a la nueva etapa a la que daré comienzo mañana mismo: ¡mi vida como autónoma!

Como ya os comenté en la penúltima entrada, he decidido irme de Noraktrad y ponerme a trabajar por mi cuenta y quiero aprovechar esta oportunidad para presentaros mi nuevo proyecto: TransCreat (www.transcreat-solutions.com). Aún tenemos que ultimar un par de detalles de la web: como las fotos y publicar las traducciones, así que esperad una semanita para meteros en ella.

Junto a mis dos compañeras, Clara Lorda y Áurea García, comienzo un nuevo proyecto: a partir de ahora trabajaremos como equipo de traductoras y espero poder cumplir mis sueños junto a ellas. Asimismo, a partir de ahora ambas contribuirán con entradas en el blog, así que espero que esto esté mucho más activo a partir de ahora. Si visitáis la pestaña “Entre bastidores”, podéis leer algo de información sobre mis nuevas socias.


De momento, nada más, tan solo que nos deseéis buena suerte y que nos veamos por los acontecimientos “traductoriles”.

(Dentro de poco, os enseñaremos una foto más profesional, pero de momento, qué mejor que una foto con mis socias en mi querida Aranda)

miércoles, 25 de junio de 2014

Cotejo y sello

Esta vez quería escribir sobre el famoso “cotejo y sello” de las agencias de traducción. Como sabéis, es muy típico que, para ahorrar costes, las traducciones juradas las realicen traductores no jurados y que después las sellen traductores jurados. En principio, la idea no es mala, ya que la traducción, en teoría, pasa por cuatro ojos: un traductor especializado en la materia y un traductor jurado. El problema está en que hay traductores jurados que aceptan “cotejar y sellar” y acaban solo sellando. En este caso, la traducción jurada la hace un traductor que puede saber mucho sobre la materia, pero que no conoce las convenciones que se aplican en traducción jurada, es decir, no sabe que hay que traducir y describir los sellos, que hay que incluir ciertas notas cuando las equivalencias no son exactas y que hay que describir el documento. No obstante, si el procedimiento se realizara bien, esto no debería suponer un problema, ya que luego entraría en juego el traductor jurado que se ha comprometido a cotejar y sellar la traducción. Pero, ¿qué significa esto?

En mi opinión como traductora jurada, aunque “cotejar” signifique únicamente comprobar si la traducción se corresponde con el original, el traductor jurado está asumiendo la responsabilidad de esa traducción al incluir su nombre y su sello, por consiguiente, cualquier queja o problema derivados de la traducción sellada por él van a terminar afectándole a él, aunque sea una agencia la intermediaria. Por tanto, cuando un traductor jurado se compromete a cotejar y sellar, debe ser consciente de que está asumiendo la misma responsabilidad que asumiría si él mismo hubiese hecho esa traducción, ya que el traductor que realizó la traducción permanece invisible, pero es el nombre del jurado el que aparece en el documento.  En definitiva, el traductor jurado al comprometerse a realizar estas acciones se está comprometiendo a mucho más que sellar, se está comprometiendo a convertir una traducción simple en jurada y a responsabilizarse del resultado.

Hay traductores jurados muy responsables, pero también he coincidido con otros cuantos que se limitan a sellar ciegamente cualquier documento que les ponen por delante. Lo que pretendo con esta entrada no es que se deje de llevar a cabo este procedimiento, sino que se haga con conocimiento y consciencia. Dentro de la traducción, creo que el traductor jurado sigue siendo una de las figuras más respetada en cuanto a tarifas, pero dejará de serlo si se regalan los sellos.


lunes, 16 de junio de 2014

Tomando las riendas

Por fin me siento delante del ordenador con un buen rato libre para retomar el blog. Quería aprovechar esta ocasión para hablar de la etapa que estoy dejando atrás y de la nueva que voy a comenzar.

El día 30 de junio es mi último día en Noraktrad. He estado en la agencia durante un año y tres meses y la verdad es que ha sido más que suficiente para darme cuenta de que ya es hora de tomar las riendas de mi carrera y ponerme por mi cuenta. Sin duda, este año he aprendido bastante, aunque me habría gustado no tener que aprender ciertas cosas. Me he dado cuenta de que en España, aún hay una estructura muy piramidal en las empresas, sobre todo aquellas que están dirigidas por esa generación de gente que se hizo adulto en los últimos años del Franquismo o en los primeros años de la Transición, gente que hablaba de libertades, pero se había acostumbrado a ver a sus padres subyugados a una determinada clase dirigente, jóvenes que construían nuevos negocios para convertirse en dueños de sus propios destinos, pero que han acabado por convertirse en una sociedad media que pretende vivir por encima de sus posibilidades y ha decidido aplicar las estructuras sociales que aprendieron de pequeños en la sociedad democrática que en teoría tenemos ahora. Por suerte, o por desgracia, la crisis acabará impulsando a las nuevas generaciones a que luchen contra las desigualdades y algún día la estructura empresarial de España se igualará a la del resto de Europa.



Tras esta pequeña reflexión, quiero tan solo deciros que me he cansado de que el negocio de la traducción lo lleve gente que desconoce el negocio, que no valora a los traductores, los malpaga y encima les hace esperar varios meses para disfrutar del fruto de su trabajo, no quiero que se me vincule con nada por el estilo, ya que yo adoro mi profesión y ante todo soy traductora. En Noraktrad, he conocido a muy buenos profesionales, pero, por desgracia, también he visto lo poco que se valora el trabajo de estos y la facilidad que se tiene para dejar de cooperar y trabajar con gente buena basándose en el desconocimiento. Durante mucho tiempo, en mi blog hablé de nuestra profesión, de las pruebas de traducción, de la idea que tienen muchas  personas de que cualquiera es capaz de traducir, ahora me he dado cuenta también que los gestores de proyecto tienen mucho trabajo y muy pocas posibilidades de hacerlo bien si trabajan para gente que no valora lo que hacen ni a la gente que gestionan. Así que me he propuesto volver a traducir, relacionarme con todos los traductores que pueda, hacer networking e invertir tiempo en tratar bien a los gestores y en tratar bien a los traductores como gestora, me he propuesto volver a disfrutar a partir del 1 de julio de la profesión. ¡Deseadme suerte!




¡Dentro de poco leeréis mi blog desde mi página profesional!