lunes, 19 de noviembre de 2012

La historia que nunca acaba

Hace ya tiempo hablé de lo que se suele esperar de un traductor cuando hace una prueba de traducción desde el punto de vista del gestor de proyectos y, ahora, como se ha dado la vuelta a la tortilla y soy yo la que hace pruebas de traducción, me he puesto a reflexionar sobre lo que siento cada vez que hago una prueba de traducción, que se puede resumir en: 
- ¿Por qué no me contestan?
- Hora de suplicar para que hagan una prueba
- Concentración total, vamos a clavarla.
- ¿Les gustará?
- Me agregan a su base de datos y ¿ahora qué?
- Vuelta a empezar.

Es decir, es la historia que nunca acaba. Para empezar, algo que llevo pensando durante mucho tiempo y que he comentado a varios colegas traductores últimamente es que ya puedes haber estudiado Traducción e Interpretación, haber hecho un Máster, haber trabajado cinco años en la industria, pero aún así tendrás que someterte una y otra vez a examen. Sinceramente, no lo entiendo. Si ya lo demostraste con los cuatro o cinco años de exámenes y ejercicios, con la tesina y con los años de experiencia, ¿no te has ganado ya el respeto suficiente para que te crean cuando dices que sabes lo que haces? Pues parece que no, el traductor tiene que "licenciarse" cada vez que quiere participar en un proyecto o que cuenten con él en una agencia de traducción, incluso aunque haya hecho veinte pruebas del mismo tipo y tenga no sé cuántas referencias.

¿Por qué ocurre esto? Supongo que es la historia de siempre: se sigue pensando que cualquiera puede traducir y solicitar un empleo de traductor por el hecho de hablar ciertos idiomas. Por ello, las empresas deciden examinar a la persona por su cuenta y ver si es lo que ellos específicamente buscan. ¿Pero, entonces para qué quiero tener un buen currículo y haber estudiado la carrera? Buena pregunta. Lo quieres para tener que suplicar un poco menos para que te hagan la prueba y, por supuesto, para hacerla bien. Aunque hacer la prueba bien, no garantiza nada, ya que solo supone que te metan en una base de datos y que tengas que cruzar los dedos para que un día tengan suficiente trabajo como para recurrir a ti y tranquilamente puede ocurrir que alguien menos capacitado que tú haga la prueba tan bien como tú porque ese día se alinearon las estrellas, pero sea más barato y recurran a él primero. 

Así que ¿cuál es la conclusión? La conclusión es que hay algo que estamos haciendo mal con nuestra profesión porque en teoría estudiamos algo para conseguir un buen trabajo y tener una vida cómoda, pero en la práctica, el traductor nunca termina el proceso, salvo si se queda toda la vida en la misma empresa o monta la suya propia. Somos algo así como Peter Pan y los niños descarriados, que no nos hacemos mayores o que nos han dejado atrapados en un mundo donde nos impiden crecer. No tengo una solución, pero ¿por qué no ocurre esto en otro tipo de profesiones? ¿Por qué un ingeniero o un médico cuando terminan sus muchos años de carrera, prácticas, etc. consiguen un trabajo sin que nadie ponga en duda sus conocimientos? 


En fin, supongo que la paciencia es la madre de todas las ciencias y no sabéis todo lo que estoy aprendiendo desde que me he embarcado en esta nueva aventura de la autonomía.


10 comentarios:

  1. ¡Hola, Ana!

    Pues sí, es la historia de siempre, ¡todo el mundo puede traducir! Y a una agencia le da igual que hayas estudiado Traducción e Interpretación o hayas estado dos meses en Cambridge haciendo un cursillo. No quieren profesionales, quieren que lo hagas bien (o al menos des el pego) y cuanto más baratito seas, mucho mejor. Es injusto y, la verdad, yo tampoco sé si existe alguna solución...

    ¡Un saludo!

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  2. A mí me parece muy lógico que se nos ponga a prueba continuamente. Es que sacarse la carrera de Traducción no es garantía de nada. Alguien puede haberse sacado la licenciatura con una nota media de 5: ¿es esa persona un/a buen/a traductor/a? Yo he corregido ejercicios a compañeros de carrera (los profesores nos los hacían revisar mutuamente) y en algunos casos daban vergüenza y uno se preguntaba cómo esa persona había llegado al último curso de carrera.

    Según mi experiencia, las pruebas de traducción son la única manera de evaluar adecuadamente las competencias de un candidato. He visto currículums brillantes con, a continuación, unas pruebas de traducción penosas. Nos guste o no, este es un mundo muy competitivo y hay que esmerarse constantemente; uno no puede terminar la carrera y relajarse.

    Yo creo que en todas las profesiones hay que estar siempre a la altura; quizá a un abogado no se le ponga a prueba continuamente, pero si no lo hace bien, tendrá menos trabajo.

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    1. Hola, Roser:

      ¿No crees que el problema entonces está en que en la carrera no han filtrado lo suficiente? Es decir, me cuesta creer que en una buena carrera con buenos profesores acaben aprobando incompetentes. En mi opinión, es ahí donde se nos debería poner a prueba como es debido y tal y como hacen en otras carreras.

      Gracias por tu comentario :)

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    2. Estoy de acuerdo con Roser. Me parece más que lícito que hagan pruebas de traducción para ver si cumplen los requisitos que buscan. Ponte en el lugar de que fuera quien contrata... ¿te bastaría con saber que tiene una carrera de Traducción? Precisamente como traductora, ¿asumirías que eso es garantía de ser bueno, como dice Roser?

      Por supuesto la calidad de la enseñanza durante la carrera es algo crucial, pero, por decirlo así, "siempre ha sido así". Es decir, aprobar Selectividad (sé que no es lo mismo, eh) no da garantías de que esa persona sea buena en X, por mucho que se haya examinado de eso. En la carrera entran en juego muchos factores. Conozco gente de Filología, por ejemplo, que está en cuarto y sigue arrastrando inglés de primero o segundo. Si finalmente la aprueban, el empleador vería que es "licenciado en Filología Inglesa" y daría por hecho que tiene buen nivel de inglés automáticamente? ¡Error! Hay mil circunstancias que pueden darse para que alguien licenciado en X sea malo en su campo. Y si no mira periodismo, que hay gente en último curso que sigue poniendo haver, que lo sé yo.

      En fin, las cribas siempre son necesarias, si no es en la carrera (que debería), pues que sea en el mercado laboral. Antes o después tienen que decidir que eres apto para lo que buscan, que no tienes porque serlo automáticamente por ser licenciado.

      Un saludito

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    3. Hola, Merche:

      Gracias por tu comentario.

      Respecto a esto: "Ponte en el lugar de que fuera quien contrata... ¿te bastaría con saber que tiene una carrera de Traducción?".
      Como he estado trabajando de gestora de proyectos y he tenido mucho contacto con empleadores, te diré que por desgracia no se hace la misma selección a la hora de escoger un gestor que a la hora de escoger un traductor y en algunas empresas, los gestores no son ni traductores, ni lingüistas.

      Respecto a las cribas, yo me refiero a personas que no solo acaban de salir de la facultad, sino que llevan años de trabajo, tienen referencias, se han especializado y aún así tienen que poner a prueba sus conocimientos una y otra vez.

      Sé que hay que hacer un filtro cuando escoges a un traductor, sobre todo al haber tanta competencia, pero se me escapa el motivo por el que eso no se hace en otras carreras. Por ejemplo, el problema de una persona que lleva arrastrando años una asignatura y en el último momento la aprueba, se podría solucionar si al presentar el currículo, presentáramos nuestro certificado de notas, que, por ejemplo, es lo que aquí en Hamburgo piden a los ingenieros.

      No es que me importe hacer pruebas de traducción, de hecho, suponen un buen reto y como dice Álvaro te ayudan a reciclarte, lo que me importa es suplicar porque me las hagan como si mi currículo no tuviera importancia alguna y que se me apliquen las mismas normas a la hora de evaluarme que alguien que no ha hecho la carrera, no tiene experiencia y simplemente está probando suerte.

      La verdad es que es un tema complejo y da para reflexionar.

      Un abrazo :)

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    4. ¡Hola otra vez!

      La selección podría ser, por ejemplo, en base a currículo Y referencias, que creo que puede dar perfectamente una imagen de profesionalidad, igual que la da en otras profesiones.

      Claro que sacarse la carrera no garantiza nada, pero no lo garantiza ni para Traducción e Interpretación, ni para Derecho, ni para Medicina.

      Y tal y como han dicho, si un abogado lo hace mal, terminará teniendo menos trabajo, pues lo mismo sucedería en el caso de un traductor, digo yo...

      De todos modos, las reglas del juego son las que son y hay que lidiar con ellas. Si hay que hacer pruebas, pues se hacen, pero que a mí me parece que sobran en muchos casos, también.

      ¡Un saludo!

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  3. Las pruebas constantes, si bien injustas en muchos casos, no dejan de ser un buen incentivo para reciclarnos, para aprender más y mejor.

    Aunque como recién licenciado, admito que tengo bastante miedo.

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    1. Álvaro, no tengas miedo, si eres bueno, lo harás bien. Se necesita suerte, claro está, pero lánzate a la piscina y te acabarán dando la oportunidad. Eso sí, tienes que tener paciencia.

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  4. Ana,

    Sí, por supuesto, estoy de acuerdo en que es en la carrera donde se debería filtrar. Para empezar, creo que sacarse una licenciatura con un 5 debería ser inaceptable; para aprobar debería exigirse por lo menos un 6 o un 7. Pero así es... Al final, la verdadera selección es la vida misma.

    Un abrazo,
    Roser

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    1. En eso tienes toda la razón. Ya puedes haber brillado durante la carrera que si al final tu trabajo no es bueno, te irás a pique.

      Un abrazo

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